El perfeccionismo te está haciendo fracasar. Así puedes combatirlo
El perfeccionismo te está haciendo fracasar. Así puedes combatirlo
El esfuerzo saludable está centrado en uno mismo: «¿Cómo puedo mejorar?» El perfeccionismo está centrado en los demás: «¿Qué pensarán?»
― Brené Brown, The Gifts of Imperfection
Tenemos una relación de amor-odio con el perfeccionismo.
Para muchas personas, ser perfeccionista significa tener confianza, ser enfocado y decidido. En ocasiones, la verdad es lo contrario. Por un lado, nos jactamos de que el perfeccionismo nos impulsa a trabajar más horas y mantener un enfoque láser. Por otro lado, usamos “perfeccionista” como un insulto para describir a alguien rígido y con estándares poco realistas, tanto para sí mismo como para los demás.
El perfeccionismo puede crear problemas. Harvard Business Review analizó noventa y cinco estudios sobre la relación entre el perfeccionismo y los factores que influyen en la eficacia de los empleados. Descubrieron que, aunque el perfeccionismo genera algunos buenos hábitos laborales, también viene acompañado de ansiedad, depresión, estrés y agotamiento. Para la mayoría de los perfeccionistas, el éxito es un juego de suma cero. Solo tienes una oportunidad para hacerlo bien, y si fallas, has fracasado por completo.
El perfeccionismo te frena
Cuando juzgamos todo lo que hacemos como perfecto o un fracaso irreparable, nos condenamos a una decepción constante que nos impide perseguir nuestras metas. El perfeccionismo nos vuelve reacios al riesgo. Nos preocupamos por cada detalle y nos obsesionamos con mantener una imagen de éxito. Pero nuestra energía debería emplearse en convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, con errores y todo.
Para crecer, tenemos que estar cómodos con fallar y aprender a valorar las pequeñas victorias constantes. Si el perfeccionismo te impide hacer lo que realmente importa por miedo a fracasar, es hora de cambiarlo por nuevas formas de pensar.
Deja que la gente vea tus errores
Si solo nos enfocamos en asegurarnos de que los demás crean que lo estamos haciendo bien, terminamos definiendo el éxito según con sus estándares, no con los nuestros.
La próxima vez que te fijes un objetivo grande o trates de crear un nuevo hábito, involucra a quienes te rodean como equipo de apoyo. Es probable que te vean fallar al menos una vez, pero si eliges bien a esas personas, recibirás apoyo y ánimo, no críticas. Además, cuando alcances tus objetivos, te respetarán aún más porque no te rendiste ante la primera dificultad.
Esfuérzate por ser tu mejor versión
Gary Keller y Jay Papasan escriben en The ONE Thing que, para lograr resultados extraordinarios, debes adoptar una estrategia y un esfuerzo igualmente extraordinarios. El camino hacia la maestría el dominio es de por vida, y no todo lo que hagamos será un éxito inmediato. A veces, las cosas que intentamos simplemente no funcionarán, y cuando eso pase, debemos verlo como una lección o una oportunidad para desarrollar resiliencia.
No tengas miedo de pensar en grande. Hay un riesgo inherente en perseguir un objetivo que puede cambiar tu vida, pero si construyes una base de hábitos consistentes que te acerquen a él, puedes combatir el miedo al fracaso en el día a día. Cuanto más resiliente seas en tus hábitos, más probabilidades tendrás de tener éxito cuando haya mucho en juego.
No todos los detalles importan por igual
Ya sea que estemos organizandorealizando una cirugía o limpiando nuestra bandeja de entrada, necesitamos saber qué merece toda nuestra atención y qué no. El éxito no significa estar pendiente de cada detalle. Significa priorizar las cosas que harán que todo lo demás sea más fácil o innecesario.
Si te obsesionan las pequeñas tareas diarias, incluso las que no contribuyen a tus objetivos, empieza por bloquear tu el tiempo. Dedica momentos concretos del día a enfocarte solo en lo que más importa para tu éxito.
El perfeccionismo es un arma a espada de doble filo. A veces produce buenos resultados, pero más a menudo crea personas autoconscientes que se preocupan más por lo que los demás piensan de ellas que por su propio éxito. No dejes que el perfeccionismo te impida avanzar en tus objetivos. Rodéate de una comunidad que te apoye tanto en el éxito como en el fracaso, y céntrate en pequeños hábitos que te enseñen la resiliencia necesaria para lograr cosas grandes.
Este es un Post traducido de KellerINK, Publicación Oficial de Keller Williams.
Si quieres inscribirte a nuestro Blog PULSA AQUÍ.